Aunque popularmente se diga que las prisas son malas consejeras, a nivel de trabajo en empresa vamos todos con sordera.
En esta sociedad, que avanza a ritmo trepidante, hemos hecho de las prisas un modo de vida sofocante.
Si has convertido “No tengo tiempo” en tu mantra, espera, respira hondo, y, por favor, léeme con pausas.