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El sentido del humor como competencia esencial.

No concibo la vida sin humor. Y concibo el trabajo como parte de la vida.

Sin embargo no suelo ver el sentido del humor muy a menudo en la lista de competencias o valores de una empresa, no suele medirse en los procesos de selección ni en los assesment centers, no aparece con regularidad en las listas de aptitudes de usuarios en LinkedIn ni en la lista de requisitos de cualquier oferta de trabajo.

¿Qué está pasando? Parece que algunos se empeñan en asociarlo únicamente con falta de rigor o distracción, cuando normalmente significa todo lo contrarío. Hay muchos motivos para no tomarse a risa el sentido del humor, vamos a repasarlos.

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¿Estás comprometido con tu trabajo o comprometido con tu carrera?

Es bueno que se hable cada vez más del compromiso de los empleados o de su versión inglesa, el engagement, que no sólo suena mejor sino que tiene un sentido más adecuado en alguna de sus acepciones.

No hay empresa de prestigio que no lo mida y que no se jacte de poner en marcha acciones para fomentarlo y conseguir que el porcentaje de empleados comprometidos crezca año tras año. Ningún pero a este tipo de iniciativas. Sólo una observación, para ser un tan unánimemente considerado como crítico, ¿se invierte lo suficiente en él? Y no hablo de la parte económica (que obviamente tiene su importancia), hablo de expandir la cultura general sobre el tema.

¿Se informa al respecto? ¿Se consigue que el empleado lo vincule como algo que atiende a su propio interés tanto como al de la empresa? ¿Lo recompensamos o le otorgamos algún tipo de reconocimiento? Y lo más importante, ¿Sabemos identificarlo?

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EmployeeAdvisor.com, jugando a visionarios.

Escribir un artículo poco antes de que las campanadas nos conduzcan, conato de atragantamiento con uvas mediante, hacía un nuevo año donde las energías, ilusiones y proyectos parecen renovarse simplemente con la magia de la fecha, exigía por mi parte cierto ejercicio de creatividad. Hoy no vale cualquier cosa.

Así que recordé la conversación de barra de bar que tuve hace unos días en las que jugando a visionarios tratábamos de vaticinar el futuro del mercado laboral. Yo tenía la teoría de que al igual que ya casi nadie elige destino vacacional sin mirar la página de TripAdvisor (o similar), muy pronto será impensable contratar sin buscar en EmployeeAdvisor (web aún sin crear, si alguno cree en mis dotes de visionario que me llame y la ponemos a funcionar).

En lugar de contar la teoría, creo que será mejor viajar en el tiempo para ver cómo será mi 1 de Enero de un futuro no tan lejano… Guardad el post para poder reírnos (o no) en unos pocos años.

Nocheviejunamarco

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Las personas que han practicado deporte de competición son mejores trabajando en equipo.

La afirmación que da título a este artículo no viene avalada por un estudio de la universidad de Oxford, ni siquiera por una noticia en recuadro pequeño en la sección de sociedad del periódico, es simplemente un análisis que he realizado yo mismo a través de la observación de las personas con las que he trabajado en mi vida, que no son pocas, y de la deducción lógica.

La intención no es tanto sentar cátedra como generar un debate interesante y desenfadado al respecto, lo que seguramente no impedirá que más de uno que no ha practicado deporte en su vida trate de perseguirme para convencerme de lo contrario. Estoy tranquilo, seguro que le entra flato.

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¿Qué tipo de empleado eres? ¿MI, ME, DI o DE?

Sí, ya los sé, clasificaciones de empleados hay muchas y han dado para escribir muchos libros.  Por eso  hoy no pretendo ni reinventar la rueda ni crear una nueva denominación, sólo posicionarme y, sobre todo, adoptar una terminología que sirva de referencia para futuros artículos.

Creo que en  la vida en general, y en la empresa en particular, si quieres predecir el comportamiento de una persona debes indagar en sus motivaciones.

En mi opinión hay dos tipos básicos de empleados: los motivados y los desmotivados.  Y no parece que haga falta que os gastéis dinero en una llamada al futurólogo Sandro Rey para adivinar cuál de estos pienso que conviene tener a tu lado en el trabajo.

Sin embargo, como diría el capitán Nemo,  no nos quedemos en la superficie. Hagamos un poco de inmersión, lo mismo nos llevamos una sorpresa.

 

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