No concibo la vida sin humor. Y concibo el trabajo como parte de la vida.
Sin embargo no suelo ver el sentido del humor muy a menudo en la lista de competencias o valores de una empresa, no suele medirse en los procesos de selección ni en los assesment centers, no aparece con regularidad en las listas de aptitudes de usuarios en LinkedIn ni en la lista de requisitos de cualquier oferta de trabajo.
¿Qué está pasando? Parece que algunos se empeñan en asociarlo únicamente con falta de rigor o distracción, cuando normalmente significa todo lo contrarío. Hay muchos motivos para no tomarse a risa el sentido del humor, vamos a repasarlos.