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Comunidad de mentoring

A veces cuando hablamos de mentoring resulta inevitable asociarlo con personajes históricos como Aristóteles. Pensamos entonces que nuestro mentor debe ser una persona muy sabia, con cierta habilidad para encontrar la virtud en el término medio y de esos que cada vez que juntan más de cuatro palabras dejan una frase para la posteridad.

Sin embargo la realidad es que no suele haber mucha gente con ese perfil aristotélico un tanto idealizado en nuestras empresas. Los mentores de hoy son gente como tú y como yo, con sus virtudes y también con sus defectos, posiblemente con algunos años de experiencia y más que seguro que con un saco de inseguridades a sus espaldas.

Por eso, como casi todo en esta vida, van a desarrollar su labor mejor bien acompañados que solos.

comunidad de mentoring

Hablo de un caso real. El reto al que nos enfrentábamos es que alguna gente con iniciativa, entendiendo el mentoring como una actividad uno a uno había decidido buscarse su propio Aristóteles o su propia Anne Sullivan de referencia sin mediación de Recursos Humanos. Si bien la actitud de estos empleados era digna de alabar y en muchos casos podría haber tenido éxito, tengo claro que en este tipo de iniciativas hay que hacerlas con cierto orden y sentido. Los mentores son como los donantes, a gente de su mismo grupo sanguíneo les pueden dar vida, pero en otros es posible generar rechazo. ¿Puede haber un mentor universal? Seguro que haberlo, haylo, pero no es lo más normal.

Decidimos que esos movimientos lo que significaban es que la gente estaba demandando mentoring y que por tanto había que poner un programa en marcha. Yo además siempre he sido un convencido del mentoring simplemente por el hecho de que acostumbra a los empleados a dialogar sobre su desarrollo en un ambiente neutral ante una persona que le produce respeto. Por el tipo de organización que éramos, con una media de edad muy joven en las posiciones de manager o de más responsabilidad técnica, desde el primer momento supe que el mejor modo de acometer esta tarea era con la idea de la formación de una comunidad.

Siempre que la cercanía física o la tecnología lo permitan, creo que cualquier acción de mentoring en empresa es mucho más potente cuando se forma un equipo de mentores. En primer lugar porque entre ellos pueden retroalimentarse y crecer, y en segundo porque el empleado mentorizado tendrás más opciones de encontrar un mentor adecuado.

Una de las claves del éxito de cualquier acción de mentoring es la compatibilidad entre los implicados. No hay un único método de saberla, y probablemente ninguno es cien por cien fiable, pero lo que es cierto es que necesitamos basarnos en algún criterio común para aumentar las posibilidades de éxito de esta relación de aprendizaje. Puede ser un Myers-Briggs , una evaluación de competencias, o cualquier otra herramienta que nos ayude a encontrar de manera más o menos científica los dúos de trabajo más adecuados. Tener una comunidad de mentores correctamente catalogada y preocuparnos de que en ellas concurran un tipo de perfiles muy variado es la mejor manera de asegurar que podremos llegar con éxito a un mayor número de empleados. Volviendo al símil de antes, para poder ayudar a todo el mundo necesitamos donantes de todos los grupos sanguíneos.

La comunidad de mentoring además debe servir para homogeneizar métodos de actuación, no estoy seguro que eso de que “cada maestrillo tiene su librillo” sea la mejor estrategia cuando estamos en entorno empresarial. El mentor al ocupar ese rol se convierte en un embajador de la cultura corporativa y por tanto deber actuar alineado con ella. Los éxitos aislados y el lucimiento individual son buenos efectos colaterales pero cuando se transforman en objetivo ponen en riesgo la iniciativa que, tal vez de manera injusta, puede ser vista desde fuera como un recurso para privilegiados.

El verdadero triunfo es conseguir que el global de los empleados vea el mentoring como un aliado en su desarrollo y valoren como un logro el mero hecho de conseguir un mentor, porque el mentoring, por un tema de tiempo y recursos, quizás no pueda ser para todo el mundo a la vez, pero todo el mundo, mas tarde o más temprano, debería tener opción a un mentor.

 

 

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Jesús Garzás

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